¡Bienvenidos a TU GRANO DE ARENA!

Este espacio de la web de SED nace con la vocación de ser un PUNTO de ENCUENTRO y de PARTICIPACIÓN de todas las personas que colaboran y simpatizan con SED desde el voluntariado, la colaboración económica, el trabajo en los colegios, como socios o simplemente como amigos y seguidores del trabajo solidario que SED realiza en España o en los países de SUR.

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Por un futuro en Mactzul I
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Chiantla nos abre su corazón
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TAANAJ (casa)
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Ma sa laach ´ool
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Orore, primeras sensaciones
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GENTE con mayúscula
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Amanece en Bouaké
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Por primera vez
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Los ‘PASOS’ de la solidaridad
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¡Buenos días Hermanitos!

Por un futuro en Mactzul I

La primera semana en Guatemala podría tener como titular “intensidad”. Todo está siendo una experiencia, tanto por la novedad, como por la emoción de cada cosa que nos pasa o hacemos.

Entre todas las aventuras y experiencias que nos está regalando Guatemala en Chichicastenango, en estos primeros días hemos tenido oportunidad de asistir a la entrega de becas (la ayuda económica que reparte SED para que algunos alumnos puedan estudiar).

Nos han explicado que desde hace un tiempo las ayudas las distribuyen en zonas fuera de la ciudad para poder fomentar el estudio en comunidades más necesitadas. En este caso, el Hermano Paco nos invitó a acompañarle a la escuela de Mactzul I. Una escuelita de una aldea cercana a Chichi.

El camino fue una pasada, la escuela estaba en una aldea no muy lejos, pero entre valles y montañas de ¡un verde intenso que no puedes dejar de mirar!

La escuela era muy humilde (y casualmente había sido construida con ayuda de SED, Fundamar y el Ayuntamiento de Logroño, ¡de donde somos las dos!. Al edificio le faltaba color pero sin duda se lo ponían los niños. Nos recibió la secretaria y ella nos reunió con los 12 alumnos que buscábamos.

Allí entregamos uno a uno su asignación económica. La recibían con cara de agradecimiento mientras nosotras les animábamos fuerte a seguir estudiando mucho para poder seguir recibiendo la beca. Sin duda, cada paso de estos chavales hacia el futuro que sueñan tienen más mérito que el de cualquiera. Qué emoción poder disfrutar esas caras de ilusión!

 

Ángela y Raquel | Voluntarias SED Guatemala

Chiantla nos abre su corazón

Una semana, ya ha pasado una semana desde nuestra llegada a Guatemala. Una semana llena de emociones, encuentros y mucha ilusión. Llegamos a Chiantla, un pequeño municipio situado en el departamento de Huehuetenango, a los pies de la sierra de los Cuchumatanes.

Vinimos a conocer la que iba a ser nuestra casa durante este mes y a las hermanas de la Sagrada Familia, Juana María, Josefa, Reina y Eulalia, que nos recibieron con una acogida muy cariñosa. La labor de la hermanas es muy preciada en la ciudad.

El internado se compone de 32 niñas internas de entre 14 a 17 años, procedentes de diversos rincones de Guatemala. También asisten a clase 9 niñas externas que viven cerca de la zona.

Nos han brindado la oportunidad de acudir a una escuela publica, de infantil y primaria, llamada San Bartolo. En ella hemos descubierto la realidad de la educación en estos centros, donde es muy difícil que los maestros logren dar una atención adecuada a los niños, muchos de ellos cuentan con un gran desfase curricular tras la pandemia.

Durante este tiempo nos hemos sentido muy acogidas y estamos seguras que nuestra estancia aquí nos deparará experiencias enriquecedoras.

Ana y María | Voluntarias SED Guatemala

TAANAJ (casa)

Sentirte en familia a miles de kilómetros de ella. Así es como la comunidad de hermanos han conseguido que nos sintamos desde el primer momento que pisamos Guatemala. Nos acogieron, arroparon y nos hicieron sentir como en CASA.

Los lunes, martes y miércoles madrugamos para ir en carro (coche) a la Escuela Hermano Moisés Cisneros ubicada en la aldea El Pinalito. Se encuentra a 45 minutos de nuestra Colonia, siempre dependiendo del tráfico de Guatemala que ya hemos podido descubrir lo caótico que es.

El trayecto es una odisea llena de badenes, curvas, subidas y bajadas pero merece la pena esa última subida del camino donde a lo lejos se vislumbra la escuela rodeada de montañas, frondosos bosques y sus famosos maizales.

 

El inicio de la escuela es a las 8 a.m. donde muchos de los alumnos vienen a pie y otros tantos caminan un largo recorrido para poder coger el autobús. Cuando nos ven todos vienen corriendo a abrazarnos y saludarnos. Sinceramente es de las mejores partes del día.

Nuestra labor es hacer diferentes talleres y manualidades con ellos pero siempre partiendo de la lectura de un cuento. Lo agradecidos que están al terminar cada actividad y la manera en la que nos lo transmiten hace que tanto el madrugón como el trayecto merezca la pena.

 

Las despedidas aunque suenen siempre a triste con ellos no lo son porque siempre consiguen sacarnos una sonrisa de oreja a oreja.

 

Lucía y Sofía | Voluntarias CTM 2023 Ciudad de Guatemala

Ma sa laach ´ool

 

Así comienzan nuestras mañanas en Cobán. Nos levantamos muy tempranito, cinco y media de la mañana, no está mal para un mes de julio. Os aseguramos que las calles están puestas. Aquí se madruga mucho.

Después de un café (solo Silvia, Ibon no toma café porque ya se levanta bien activo), nos montamos en el carro (coche) con Don Oto, para dirigirnos a la escuelita de Samac.

A mitad de camino, nos bajamos del carro (Don Oto sigue su camino para recoger a los niños de la comunidad de Chicoj Raxquix) y caminamos media hora por un paraje espectacular hasta llegar a la escuela.

Comienza el día preparando el desayuno para los niños y niñas que se desplazan hasta la escuela, algunos después de una hora caminando. Ma sa laach´ool (cómo está tu corazón). Así nos reciben todas las mañanas los alumnos de Futuro Vivo-Samac.

El día comienza con alegría, música, baile, abrazos y un desayuno compuesto por: frijoles, revuelto de huevo, tortillita de maíz y atol. Pura energía.

 

Después del desayuno, ¡todos a clase!

Ibon se dedica al refuerzo de matemáticas de 1º a 6º de primaria.

 

Silvia a refuerzo de lenguaje.

Nos han pedido que motivemos a los profes para que sus clases sean más dinámicas y los niños aprendan de manera significativa con juegos y actividades más manipulativas. Los niños están abiertos a cualquier propuesta y entran en el juego rápidamente. La novedad de nuestra presencia ayuda a ello.

Después de las clases nos preparamos para comer. Ayudamos a organizar el comedor para unos 200 alumnos. Todos colaboramos, madres, profesoras, administración y voluntarios. Una gran familia que se ayuda en todo momento.

La comida es uno de los principales motivos por el que los niños bajan a la escuela. Algunos de ellos es el único alimento del día. Repiten en muchas ocasiones porque saben que, al llegar a casa, como mucho, un caldito y a dormir. Ibon también repite, necesita energía para los juegos que vienen después.

Los alumnos de la escuela nos piden jugar y disfrutan mucho con las actividades nuevas que les proponemos: pañuelito, frontera, balón quemado… Los niños de estas comunidades no saben jugar, no están acostumbrados porque cuando llegan a casa, les esperan tareas cotidianas que la familia necesita: lavar trastos, su ropa, hacer leña… Es un momento mágico donde profesores, alumnos y voluntarios ríen sin cesar.

Los carros llevan, al final de la jornada, a los alumnos a sus casas, o lo más cerca posible. Algunos viajan treinta minutos en carro y otros cuarenta andando, otros todo el camino a pie porque su aldea no tiene acceso para el carro, pero merece la pena, la escuelita se ha convertido en un oasis de alegría donde poder jugar y compartir momentos de felicidad que nadie se quiere perder.

Las tardes las ocupamos conviviendo con las hermanas y otros voluntarios de República Dominicana y España con los que hemos formado un buen equipo. Hay momentos de risa, charlas y preparación de trabajo para la escuela.

Y ahora toca dormir, después de una jornada tan intensa y algún picotazo de mosquito, dormimos a pierna suelta…hasta que suena el despertador: ¡son las cinco y media!

B ´ antiox (Gracias)

 

Ibon y Silvia | Voluntarios SED- Guatemala

Orore, primeras sensaciones

Primer año de voluntariado para algunos, otros que repiten, pero la misma experiencia para todos. Algo increíble.

 

Al llegar nos recogió Evans, nuestro guía y acompañante aquí, en la aventura por Kenia. Una persona que nos ha ayudado desde el primer momento a sentirnos cómodos, a instalarnos y a conocer a la gente con la que estaremos en contacto durante esta experiencia.

 

Kenia es un país precioso, con una cultura espectacular, y cuanto más hablamos con la gente del pueblo en el que estamos (Orore) más nos apasiona.

Al participar en un proyecto tan grande como este, tenemos la suerte de poder hacer infinidad de cosas por lo que cada día es diferente. A lo largo de esta semana, hemos tenido la oportunidad de hacer varios talleres:

  • Visitas a distintos colegios, en los que hemos hecho distintos talleres, manualidades y juegos.
  • Talleres digitales entre los jóvenes y adultos de Orore.
  • Un taller con padres y madres para identificar los obstáculos que impiden el desarrollo de los niños y jóvenes de Kenia

Además de esos talleres, también hemos tenido la oportunidad de crear algunas actividades de ocio y tiempo libre para los jóvenes: Una competición de fútbol, voleibol y netball entre diferentes colegios de la zona y una sesión de cine para los más pequeños.

 

Todos los días son muy intensos, pero gratificantes. Y tenemos la suerte de tener las mejores vistas frente al lago Victoria, por lo que gozamos de unos atardeceres únicos.

Rut, Garazi, Edu | Voluntarios/as Kenia

GENTE con mayúscula

Un año más de vuelta a mi “hogar de Guatemala”, y digo hogar porque, una vez más, me vuelvo a sentir en familia al pisar estas tierras guatemaltecas.

Un año más de vuelta a este maravilloso paisaje, a esta rica cultura llena de colorido.

Y un año más de encuentro con su GENTE.

GENTE que vive para cuidar y acompañar a los más vulnerables. GENTE que piensa en otra GENTE porque son sus hermanos y hermanas que necesitan de sus manos, sus oídos, sus piernas y, sobre todo de su corazón para conseguir una vida más digna.

GENTE que trabaja de forma incansable, con una energía que irradia alegría porque en el servicio a los demás ha encontrado el sentido de su vida.

GENTE que es incansable, que se levanta una y mil veces  porque sabe que su fuerza es la fuerza de la GENTE que están acompañando.

Pero esta GENTE, aunque trabaja cada día, de sol a sol, en el anonimato, tienen nombre, son las hermanas Uti, Alta, Savina y Caty.

Su trabajo desde el silencio, la generosidad y la humildad son un ejemplo para mí y para toda la GENTE que las conoce.

Un año más de encuentro con GENTE vulnerable, que vive con lo justo…y menos. Y, aún así, te ofrece la mejor de sus sonrías, te abraza y te da lo poco que tiene.

Y esta GENTE, también tiene nombre: Yessica, Willian, James, Laura, Rosita, Dana…

GENTE, toda ella, que te hace pequeñita.

GENTE, que te hace pensar en lo injusto que es este mundo y que con un poquito que hiciéramos cada uno de nosotros, el cambio sería posible.

GENTE que te hacer ver lo sencillo de las cosas.

GENTE que te da una lección de vida.

Y nosotros, los voluntarios, somos GENTEcilla que aportamos nuestro granito de arena para que esta GENTE se haga visible en un mundo en el que parece que, si no lo ves, no esta sucediendo. Pero, querido MUNDO, si sucede, todavía hay GENTE que vive sin dignidad.

No te quedes mirando, HAZ ALGO POR CAMBIARLO.

 

Silvia Fondón | Voluntaria SED Guatemala

 

Amanece en Bouaké

Amanece en Bouaké. Todo comienza de nuevo: las calles con su bullicio, los niños, la locura de coches y motos que se cruzan entre sí… Y en medio de todo esto, llegamos a la parroquia bien temprano para comenzar el día con la misa.

Hoy, el ambiente festivo, la música, las miradas y las sonrisas hacia nosotros nos sumergen poco a poco entre las costumbres de aquellos que nos acogen con brazos extendidos.

En el colegio Champagnat, la colonia urbana ha dado comienzo. La escuela marista comienza a llenarse con los niños llegan, incluso de muy lejos, contentos para iniciar una nueva jornada. Los monitores ya están dispuestos a darlo todo y los ánimos se mantienen altos. Conocerles y conectar con ellos ha resultado muy fácil, pues todos estamos por la labor y, aunque el impedimento del idioma nos suponga para algunos una pequeña barrera, nos entendemos perfectamente, pues impera el lenguaje del cariño, los abrazos y las ganas de trabajar en equipo. Todo ello, además, hace que no se sienta el peso del calor y la dureza del clima.

Mención especial merece la comunidad de hermanos de Bouaké, pues nos hemos integrado con ellos a la perfección, y nos hacen sentir como en casa. Hay momentos de risa, de oración y de conversaciones profundas sobre muchos temas. Esta vida en comunidad nos está acercando enormemente a Dios.

Además de con el proyecto de la colonia urbana del Colegio Champagnat de Bouaké, el grupo de voluntarios estamos visitando el centro de acogida de enfermos mentales Saint Camille de Lellis. Esta es una realidad muy distinta a la que vivimos en la colonia. El primer día que llegamos, el hecho de ver las condiciones en las que viven nos resultó desgarrador. Sin embargo, la entrega de los voluntarios ha supuesto un grano de esperanza para todos nosotros. Junto con los monitores nativos de la colonia, hemos realizado talleres sanitarios y labores de limpieza.

Los voluntarios de Costa de Marfil nos encontramos a pleno rendimiento y, con la alegría de saber la gran labor que junto con los monitores de Bouaké estamos haciendo, damos comienzo a la segunda semana de la Colonia Champagnat. Y, en el horizonte, se atisba el verdor de la selva, donde nos esperan Sakassou y los poblados de la presq’ille.

 

Grupo voluntarios/as Costa de Marfil

Por primera vez

Mi primera experiencia y para no olvidar.

Hoy día 7 de julio ha sido mi primera vez en Samac. Ya desde un principio, estaba avisado por mi compañera Silvia, con años de experiencia en voluntariado en este lugar, de que el entorno me iba a enamorar por completo. No le faltaba razón, aquí me he encontrado un paisaje montañoso digno del mejor de los documentales.

Una vez llegué al colegio, me di cuenta de lo que Silvia no me quiso decir, y es que el paisaje era solo la punta del iceberg de lo que me iba a encontrar y a emocionar. Guatemala es un país con una historia Maya muy arraigada en las culturas más indígenas, tradiciones hermosas y una cultura admirable.

La realidad del lugar me hizo entender que es realmente necesario que los niños y niñas de estas comunidades sean escolarizados. La escolarización es necesaria para poder combatir y concienciar sobre ciertas “tradiciones” cómo que las mujeres cumplan su “papel” de ser madres adolescentes y los hombres inicien la labor de llevar dinero a casa tengan la edad que tengan.

Me sorprendió la fuerza, la alegría y el amor con el que se enfrentan a su día a día, nada fácil para ninguno de ellos. No es fácil enfrentarse día a día a las dificultades que estas familias se encuentran. Al colegio acuden niños y niñas de diferentes comunidades indígenas, con diferentes idiomas y cada cual más alejada de la otra. Gran parte de los alumnos, deben andar durante 45 minutos por la montaña, para llegar a un lugar donde una “pick up” del colegio les recoge, para hacer un viaje de otros 30 minutos hasta el colegio.

La razón del Colegio de Futuro Vivo de Samac es ser el epicentro de todas estas comunidades para darles la oportunidad a estos niños y niñas de tener un futuro mejor. Este colegio es la única oportunidad de los niños y niñas para aprender, reír, socializar con sus iguales y para salir de un futuro nada halagüeño para ellos.

Pero todavía queda mucho trabajo por hacer. Todavía son muchas las familias que no quieren escolarizar a sus hijos e hijas y que se resisten al cambio, un cambio que tal vez quieran hacer pero al que les da miedo enfrentarse.

Por último, quiero destacar el trabajo que realizan las hermanas para que todas estas comunidades alberguen la esperanza de poder salir adelante sin perder su esencia y su alma como historia viva de Guatemala.

Ibon | Voluntario SED Guatemala

Los ‘PASOS’ de la solidaridad

Es en los recreos del colegio donde todos hemos pasado los mejores momentos. Por eso es allí donde el grupo de Padres Solidarios del colegio San José del Parque (PASOS) celebra todas sus campañas, despertando jovencísimos espíritus solidarios. Así acabamos de cumplir ya diez años, y hemos conseguido que nuestras tres campañas anuales formen prácticamente parte del calendario escolar del colegio. Todas ellas tienen como objetivo conseguir el mayor número de becas para niños de Guatemala, y dejar para siempre una huella solidaria en todos nuestros alumnos.

Nada más comenzar el curso organizamos nuestro ya imprescindible “Mercadillo de las 3R” (Reducir, Reciclar, Reutilizar), basado en la reutilización de los uniformes que previamente han donado las familias. Todos los engranajes de la maquinaria solidaria se ponen en marcha desde que una familia dona su equipación escolar hasta que otra la compra en nuestro mercadillo para darle una “segunda vida”. Y con lo que se recauda le daremos también otra “vida” y un futuro a los niños de Guatemala que reciban una beca. ¡Qué más se puede pedir! Educar en la solidaridad, en la conciencia ecológica y en el servicio a los demás.

Justo antes de las vacaciones de Navidad, celebramos la “Chocolatada Solidaria”. Con la venta de chocolate caliente y de algunos detalles navideños diseñados por las propias madres, endulzamos el patio y seguimos sumando becas para Guatemala. Nuestra mirada siempre está puesta a 8.500 kilómetros de aquí, en las escuelitas e institutos de los patojos y patojas.

Ya en primavera montamos un mercadillo de bisutería para celebrar la Semana SED. Aquí las madres derrochamos creatividad para crear un montón de abalorios que triunfan entre alumnos, padres y profesores. Diseño cien por cien solidario. Qué alegría nos da cuando agotamos existencias y sabemos que eso se traduce en muchas más becas. Además, vendemos palomitas y algodón de azúcar recién hechos que inundan los patios de un olor irresistible para todos. Así la solidaridad es siempre una fiesta.

Muchas gracias al equipo de Pastoral Social del colegio por apoyarnos siempre, y a la dirección de San José del Parque por facilitarnos nuestra labor cuando invadimos las rutinas colegiales. Trabajar junto a profesorado y alumnado en esta asignatura tan importante de la vida, es sin duda un privilegio para los padres y madres de PASOS.

 

Gema Sánchez Navas | Voluntaria grupo PASOS

¡Buenos días Hermanitos!

“Buenos días Hermanitos”, así es como todos los días nos reciben cada uno de los 27 chavales (15 chicos y 12 chicas) de la ‘Casa Montagne’ en Comarapa.

Hace ya casi dos meses que el Hno. Alberto y un servidor, Jesús “Titi”, miembros del Colegio San Juan Bautista de Denia, nos embarcamos en esta  grata experiencia de realizar un voluntariado de cooperación educativa, formativa, deportiva y de pastoral. Hemos hecho muchas cosas, pero no se trata del hacer sino del por qué las hacemos, cuál es su sentido y a quién llega.

Amén de los primeros días y de que aún estamos gestionando lo administrativo, aquí y ahorita, como dicen ellos: “todo va con muchísima tranquilidad y paciencia”; desde que llegamos a tierras bolivianas y primeramente en el colegio de Santa de Cruz, ya nos pidieron ayuda y que dejáramos nuestra impronta, realizando para los alumnos más pequeños dos juegos de rayuelas.

Ahora ya en nuestro destino, Comarapa, nuestra función principal es el trabajo diario de ayuda en las materias de clases, educar en valores y organización y en las normativas de los chicos y chicas de la casa o como le llaman ellos: “El Internado”. Si uno quiere, nunca deja de crecer y nosotros sentimos cada día que crecemos con la labor que estamos realizando aquí. Nos sentimos muy afortunados de poder educar y aportar nuestro granito de arena para que consigan sacar lo mejor de ellos/as en el día a día y sobre todo de cara al futuro.

Un día normal de trabajo se distribuye de la siguiente manera:

A las 6.20h nos levantamos y ya hay designados alumnos encargados de realizar las labores de orden y limpieza matutina de la Casa así como de preparar el desayuno. Los demás se levantan sobre las 7.00, arreglan habitaciones, desayunan y a las 7.45h salen para el colegio.

Mientras que el alumnado está en clase, nosotros dedicamos la mañana a trabajar adecentando la Casa (arreglos, pinturas, decoración…), realizando formaciones para catequistas y profesorado, ayudando en la Pastoral del colegio, participando en reuniones del claustro y preparando otras actividades que nos encomienden, como por ejemplo, deportivas y entrenos.

Están en clase hasta las 12.20h que paran para comer, descansan hasta las 14.00h de la tarde y a partir de esa hora, nos ponemos a realizar las tareas, trabajos y estudio de las diferentes materias hasta las 16.00h.

Desde las 16.00h hasta las 18.00h y también por grupos de trabajo ya establecidos, vamos a los “talleres” de cocina/comedor, donde se realiza el servicio de atención a los demás alumnos del colegio que van a clases por la tarde, así como las labores que encomiendan las tres cocineras: Daysi, Neme y Lenny. Un lujo el poder compartir con ellas estos momentos diarios. En estas profesionales se ven los valores maristas de sencillez, modestia, humildad, servicio, cariño y educación que inculcan con sus actos a todos los chicos y chicas de la Casa Montagne.

Tras esa actividad, cenan a las 18.20h. Hay alumnos que tienen clases por la tarde, otros hacen alguna actividad deportiva de la que también estamos formando parte, entrenándolos a baloncesto y fútbol sala. Los restantes, a partir de las 19.00h y hasta las 21.30h siguen realizando las tareas y actividades que le hayan mandado desde el colegio.

Finalmente, entre las 21.30h y 22.30h todos nos vamos a descansar. Hay días en los que también, y coincidiendo con alguna fecha señalada particular o colectivamente, se preparan dinámicas, juegos divertidos, desfiles, celebramos cumpleaños, vamos al río a bañarnos, hacemos excursiones (a la Laguna Verde…), organizamos partidillos de fútbol sala y baloncesto o tenemos sesiones de cine.

Los chicos y chicas de la Casa Montagne pertenecen a familias muy humildes, trabajadoras, que se ubican en la montaña, en lo que se conocen como Comunidades Campesinas. Cada 15 días van a sus casas en las que ayudan en todas las labores agrícolas y ganaderas a sus familias. Son gentes que dan lo que tienen, muy agradecidos con la labor que hacemos y con continuos detalles para todos los que conformamos la Casa.

Desde el primer día que llegamos, vimos en estos jóvenes sus ganas de agradar, aprender, su cariño y aprecio hacia nosotros. La inocencia, desde los más pequeños a los más mayores (las edades van comprendidas entre los 10 y los 17 años), su timidez, sus caras de sorpresa y gratitud cada vez que se le obsequia con algo… por poca cosa que sea. Su vergüenza, su complicidad y confianza, entre ellos y con nosotros, su empatía, ganas de vivir, el brillo y alegría en sus ojos, su hospitalidad y su sentimiento de unión y familia, haciéndonos partícipes SIEMPRE de todo. Es una verdadera gozada el trato que nos dan, algo que nos ha motivado más si cabe para corresponder de la misma manera.

Vaya por delante también nuestro agradecimiento por tener la posibilidad de crecer con todos los chicos y chicas de la Casa Montagne, comunidades educativas de los colegios de Santa Cruz y Comarapa, Comunidades de Hermanos, tiempos de comunidad y oración compartida. Especialmente a los responsables de la Casa Montagne, Rosmery y Pancho, por la gran labor la que realizan, a la ONGD SED, Proyecto Bolivia y todos los estamentos (Centros/Dirección, administraciones y RR.HH.) que, desde España hasta aquí, han hecho posible que podamos disfrutar de esta experiencia.

Sin ningún tipo de duda, y como docentes Maristas que somos, creemos que algo así se debería realizar, en la medida de lo posible y en cualquiera de los proyectos Maristas que tenemos distribuidos por todo el mundo, al menos una vez en la vida.

¡Nos vemos dentro de 5 meses!

Abrazos, besos y saludos

 

Hno. Alberto José Lázaro y Jesús Pantojo “Titi”

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