Escuela Futuro Vivo en Cobán: 198 motivos de orgullo para Guatemala
06:00 a.m.- La casa de las hermanas Carmelitas en Cobán despierta con el aviso de los autobuses y el murmullo de las primeras oraciones en la capilla. En la puerta, la pick up 4×4 en marcha para iniciar el trayecto hacia la escuela de Futuro Vivo: una parada para recoger a “profes” y “seños” en el remolque preceden a 15 minutos de escenarios inolvidables: de la rutina de las calles de Cobán, al infinito abanico de verdes que brota de campos de cardamomo y café. Ya en la escuela, las sonrisas tímidas de los niños se tornan en abrazos cálidos y verdaderos. Algunos de ellos hablan con dificultad porque su entorno solo se comunica en lengua q’eqchí’, muchos sonríen con dientes picados, pero todos muestran su felicidad por asistir a la escuela: un lugar donde se sienten queridos, valorados y capaces de salir de esa espiral a la que la región y la política les había condenado. Es sorprendente que frente a Futuro Vivo haya una escuela pública donde los niños, si el maestro acude, y si lo hace sobrio, solo estudian una lengua muerta, sin futuro ni vida, más allá de la madera y el café. Cada jornada los tres voluntarios de SED colaboramos en diferentes situaciones, como los exámenes del ministerio, y cumplimos con los objetivos marcados: Silvia apoya en lenguaje, Ibón en matemáticas y Diana prepara la estructura del desarrollo de proyectos que los estudiantes llevarán a cabo en la escuela, para después implementarla en mejoras de sus