Erokamano uru ahinya: Muchas gracias a todos

Todavía no ha amanecido en Orore cuando desde la cama escuchamos los sonidos de la fauna del lugar. Como si de un concierto sinfónico se tratara, el gallo, los burros, las cabras y los pájaros se ocupan cada mañana de avisarnos de que el día está a punto de alumbrar. Esta mañana, -sin embargo-, no es como las demás. Es nuestro último despertar junto al lago. Es el último día en el que Aboy, Karoli, Fredy, Dady y muchos otros, correrán tras nuestra furgoneta agitando sus manos para decirnos adiós.

Estos últimos días han sido diferentes para nosotros. Por un lado, tuvimos la oportunidad de compartir una mañana con los estudiantes becados de SED, todos ellos alumnos del colegio marista “Our Lady of Orore”. Estuvimos haciendo unas dinámicas de presentación, algunos juegos, una piñata, y alguna actividad para descubrir un poquito sobre sus vidas y su entorno. Por otro lado, ese mismo día por la tarde visitamos el orfanato de Orore, en el que hay una veintena de chicos y chicas que reciben ayuda económica de familias alemanas para costear los gastos derivados de su escolarización. Compartimos juegos y les dejamos material escolar y ropa, incluyendo algunas camisetas del Real Zaragoza que gustosamente donó para la causa.

Además, también organizamos un torneo de fútbol en la esplanada que hay junto a la playa de Orore. Tras mover a las vacas que pastaban en el lugar y segar los hierbajos, los chicos se pusieron a calentar y jugaron los partidos. Pudimos vivir de primera mano la pasión con la que se vive este deporte aquí, pues la gran mayoría son seguidores de equipos ingleses de la “Premier League”. También repartimos entre los participantes las sudaderas que SED nos entregó de los coles maristas de la Provincia.

Como quien sabe que va cerrando etapas a marchas forzadas, otro día nos dispusimos a poner punto y final a nuestros talleres con adultos. En esta ocasión, reunimos a todos aquellos vecinos que habían  acudido a los talleres anteriores para realizar el último “Common Workshop”. En él, hicimos una puesta en común de todo lo que habíamos trabajado anteriormente, vimos un vídeo motivacional acerca del logro de objetivos en la vida y les propusimos también hacer una autoevaluación.

Nuestro último día en Orore fue de despedidas. Tuvimos un pequeño encuentro con los miembros de la organización local e intentamos agradarles preparando nosotros la comida ese día. Las tortillas de patata, los huevos rellenos, el jamón serrano y la sangría pusieron el acento español a la jornada. Al final: buenas palabras, agradecimientos, discursos, abrazos y la mezcla propia de emociones provocada por todo lo vivido aquí y por la incertidumbre de si volveremos a vernos o no un año más…

Sea como fuere Orore siempre estará en nuestros corazones.

José Ángel Alba, Diego Melgarejo, Estíbaliz Vadillo y Carolina Herrero.

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