“Vamos caminando, aquí se respira lucha” Latinoamérica (Calle 13)

Ya son tres meses los que han pasado desde que comenzó esta gran aventura y seguimos caminando. Caminado y viviendo entre sonrisas, ganas de aprender, ojos limpios de prejuicios y mucho amor. Amor que nos demuestran día tras día especialmente los favoritos de Dios, los más pequeños y los adolescentes con los que crecemos en cada encuentro que tenemos con ellos.

Como ya adelantamos en la primera carta, al llegar nos propusieron ser los coordinadores de las tutorías del colegio Marista San José, algo así como el Equipo de Orientación. Para nosotros fue una gran suerte y a la vez un gran reto ya que los colegios Maristas, son los únicos en la zona que cuentan con una hora a la semana dedicada a tutoría y otra al acompañamiento de los alumnos y alumnas por parte de los tutores y las tutoras.Para nosotros es un regalo ver la entrega de los docentes a sus grupos, ellos lo hacen más fácil. Pasito a pasito en primaria seguimos detectando y valorando dificultades de aprendizaje para después reforzarlas en pequeños grupos. En secundaria la labor sigue enfocada al acompañamiento personal de los jóvenes dada las realidades tan duras que se presentan en ocasiones (violencia, abusos, malos tratos, machismo…), que lógicamente repercuten negativamente en su rendimiento académico. Una buena compañera y amiga nuestra nos soltó hace unos días dos frases que nos hicieron reflexionar mucho y que resumen muy bien esta realidad de la que os hablamos: “trabajamos con niños y niñas huérfanos con padres vivos”y “no desesperéis ya que los malos comportamiento y desorden son gritos de auxilios de nuestros alumnos”.

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Gracias a Dios estas no son todas las realidades, también realizamos otras tareas dentro de este maravilloso colegio. En la pastoral colaboramos con la formación de catequistas y en las diferentes actividades programadas. El grupo de catequistas son ejemplo de compromiso y cariño por el cole y su mensaje. También estamos dando pasos con un nuevo grupo de teatro en que algunos chicos y chicas demuestran las ganas por aprender y superarse en este ámbito.

Fuera de nuestro entorno Marista, colaboramos con el Colegio de Educación Especial San Francisco de Asís, un centro relativamente nuevo, en el que evaluamos y valoramos, pero sobre todo disfrutamos muchísimo cada vez que cruzamos sus puertas.  A nivel local colaboramos con la Red, un conjunto de asociaciones que trabajan activamente por defender y garantizar los derechos de mujeres, niñas, niños y ancianos/as.

Si bien nuestra tarea aquí es colaborar como educadores y compartir sin dejar de crecer como personas, no podemos olvidar lo que somos, un matrimonio normal y corriente. Sinceramente y teniendo una visión global de lo que estamos realizando, ha sido difícil no caer en la idea de una solidaridad “mal entendida” en la que predomina el asistencialismo y compadecer en vez de “padecer con”. Esta idea dista mucho de lo que nosotros entendemos por una verdadera Educación para el Desarrollo en la que se nos invita a “mirar, padecer con, actuar y transformar”. Se trata de mantener una actitud constante y activa hacia la justicia y la dignidad humana. Somos nosotros como ciudadanos de a pie los que tenemos el poder y la capacidad para hacer de este Mundo un lugar más justo, ya sea desde Sevilla, Zafra, Sahara o Bolivia. Si en nuestros actos no se respira un aire nuevo y fresco debemos seguir dando pasos para salir de nuestra zona de confort y no quedarnos como meros espectadores.

WhatsApp Image 2017-04-24 at 21.36.01Así nos encontramos, inmersos en un camino hacia nuestro origen más verdadero que, solo es posible, con un encuentro directo con esta realidad que nos toca, nos conmueve y sin duda alguna nos transforma.

Todo esto sin duda alguna no lo conseguimos solos. Somos afortunados de recibir, además de todo el cariño de acá, todo el cariño, amor y animo de allá. Nuestros amigos y familiares se hacen presentes en nuestro día a día y eso, sin duda alguna nos llena de energía y fuerza.

Aquí no huele a azahar, no huele al perfume de mi hermana, ni a la casa de mi madre. Hace tres meses que, como dice la canción, respiramos azul clarito. Aquí se respira decisión, miedo, entrega… aquí se respira lucha”.

Elisa y Jose, voluntarios de larga duración en Bolivia

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