CENTRO ESCOLAR HERMANO MOISÉS CISNEROS EN GUATEMALA
“A ver, la Escuela Moisés tiene algo especial”
Hermano Daniel
“La Moisés” se puede definir como hogar, es una familia.
Sofía Forkajm (Voluntaria)
“Todas las escuelas te aportan algo, pero la Escuela Moisés Cisneros es la Escuela
Moisés Cisneros”
Profesor de Costa Rica.
La escuela de la que todo el mundo habla provocaba en mí el gran deseo de conocerla. ¿Por qué dirían esto? ¿Qué provocaría en ellos esa sensación?
18 de julio
Hoy mi corazoncito es un poco más grande, he tratado de guardar mis lágrimas mientras mi sonrisa iba de oreja a oreja al recibir cientos de abrazos. Conocer sus situaciones y a la vez sus sonrisas es algo contradictorio, pero al mismo tiempo, valiente por su parte. Nos han recibido con una ilusión que pocas veces he visto. Abrazos que, aunque entre esas pequeñas manos, no tenía duda de que eran muy necesarios. Abrazos que no quieren soltarte, abrazos sinceros…
Hemos ido pasando por las diferentes clases para presentarnos. Las preguntas volaban por la clase. “¿Cuál es vuestro equipo favorito?”, “¿Cuál es vuestra comida favorita?” o “¿Qué deporte practican?” eran algunas de las preguntas que se repetían. Además, hay gestos que estarán siempre presentes en el baúl de mi memoria. Mati me ha dado su pequeño e increíble dibujo. En la clase de primero, los niños nos agarraban de las manos para buscarnos un sitio en el aula. Jonathan y yo hemos estado haciendo muchos juegos que han provocado mil sonrisas en ambos; porque da igual el lugar o las condiciones, son niños. Necesitan jugar, cariño y divertirse y eso no vale dinero.
También hemos tenido la oportunidad de conversar con las profesoras y la directora que con los brazos abiertos han recibido todas nuestras ideas y al mismo tiempo, nos han transmitido las necesidades más relevantes en las distintas clases. Con toda esa información, hemos podido organizar distintos talleres de lectoescritura, de baile y de arte, entre otros. Al terminar las clases y tras jugar con ellos a distintos juegos, ha tenido lugar el momento que yo considero que ha sido el más bonito. Cada niño del colegio a la salida se ha ido despidiendo de nosotras. Cada uno de ellos ha elegido la manera que ha querido o necesitado; unos un abrazo, otros un gran salto y otros un choque.
22 de julio
¡Qué ganas teníamos de volver a verles! Hoy hemos comenzado con los talleres. Primero hemos apoyado a las profes con matemáticas, donde hemos utilizado el maíz para trabajar las restas. En el patio, la palabra más repetida ha sido “compartimos”, indicando que podíamos tomarnos su desayuno entre los dos. Hemos jugado a muchos juegos que no conocíamos y nosotras a ellos les hemos enseñado otros nuevos, porque al final ellos aprenden de nosotras y nosotras, también, mucho de ellos. Tras esto, hemos comenzado a preparar el baile con los niños de tres grados. Hemos estado creando coreografías que bailarán el domingo de la Familia Marista del colegio. Los niños más pequeños de la escuela bailarán una coreografía y los más mayores un remix de varias canciones.
Para terminar el día, he podido realizar una animación a la lectura muy especial. Les he contado el cuento de mi madre “El Brujo Pirujo, un lugar para dormir”. No han parado de reír y participar en el cuento. Al finalizar, hemos hecho un dibujo sobre el cuento que en un futuro estará en las manos de la autora.
Este es un gran comienzo que nos hace tener las pilas muy cargadas para poder dar lo mejor de nosotras en este campo de trabajo. Sin duda, en este voluntariado daré, pero sobre todo recibiré.
Celia Pérez González