“Y donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo será mi pueblo”
Desde que aterrizamos en Bolivia, hace ya más de un mes, o más bien desde que en nuestro proyecto de pareja empezó a latir con más fuerza la idea de vivir esta experiencia, hay una realidad que ha marcado todo el proceso y no es otra que la de querer vivir, sentir y compartir nuestro tiempo tal y como lo hacen en este bello rincón del mundo llamado San José de Chiquitos. ¿Miedos e inseguridades? Todos los que quieras y alguno más, pero,¿acaso los pasos importantes en nuestras vidas no provocan ese temblor de piernas y nudo en el estómago? No era la primera vez que como pareja nos presentábamos ante una situación nueva e importante en nuestras vidas, pero como siempre algo en surgía en nuestras conversaciones y sobretodo en nuestros sentimientos, la enorme confianza de que todo iba y va a salir bien. Con esa confianza y el enorme cariño y respaldo de los nuestros, se concretó todo, hicimos las maletas y aquí estamos. Y llegamos, llegamos a Bolivia, al final se hizo realidad ese castillo en el aire, mi compañera del alma y yo, en el país que me ha visto crecer en muchos aspectos, camino de formar parte de una comunidad laica y vivir en mi querido San José de Chiquitos. Cuántos sentimientos y todos buenos. Es momento de reencuentros y de mostrar gratitud por tan buena acogida y también momento de papeles y planificaciones de lo que sin duda será un año que como dice