Ngima dhi nyime e Orore: La vida sigue en Orore

La vida aquí fluye sin prisa pero sin pausa. Casi sin darnos cuenta nos hemos plantado en la tercera semana del campo de trabajo. Durante los últimos días hemos seguido acudiendo a los colegios de la zona de Suba y de Gwassi, con los que la organización local “Orore Youth Sports and Peer Support” sostiene el proyecto educativo actual. Los colegios de Ongongo, Kikubi y GodOloo han sido esta vez los que han contado con nuestra presencia y han disfrutado de nuestras dinámicas, juegos y deportes.

Además, también hemos realizado dos talleres con personas adultas de la comunidad de Orore. El primero de ellos ha tratado acerca de la igualdad de género. Lejos de querer enseñar o imponer nada a nadie, hemos pretendido crear un espacio para que pudieran expresarse libremente y para facilitar un intercambio cultural. A tal efecto, diseñamos unas dinámicas en dos sesiones, una de ellas con hombres y otra con mujeres, en las que tratamos de visualizar las diferencias reales que existen entre los dos sexos en cuanto a derechos y oportunidades. Si la desigualdad en este aspecto todavía es patente en países como el nuestro, aquí infinitamente más. Las charlas y las dinámicas han sido muy útiles para nosotros también, pues nos hemos enterado de cosas muy curiosas en cuanto a las relaciones entre hombres y mujeres aquí en Kenia.

El segundo de los talleres ha tenido como objeto el cambio climático, la ecología y el desarrollo sostenible. Hemos utilizado algún vídeo para visualizar los efectos que tiene el cambio climático en la vida del planeta y hemos hecho unas dinámicas para que los habitantes de Orore puedan poner en relación este tema con su entorno actual. Por último, también hemos hecho la propuesta del “ecobrick” y el uso de botellas de plástico para fabricar ladrillos llenándolas a base de plásticos, -que se acumulan como basura en el medio ambiente-, o incluso de arena si fuera necesario.

A pesar de la intensidad de la semana y del cansancio que va haciendo mella en nosotros, todavía pudimos escaparnos un día a la Reserva Natural del Masai Mara, lo que nos sirvió para dar uso al permiso internacional de conducción y para constatar que cualquier viaje en Kenia, con sus carreteras y caminos, es siempre una aventura. La experiencia con los leones, elefantes e hipopótamos, -entre otros-, fue sencillamente increíble.

Nos despedimos hasta el próximo “post”, que será el último ;-(

José Ángel Alba, Diego Melgarejo, Estíbaliz Vadillo y Carolina Herrero.

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