«Llegar allí es llegar a casa»

Escribir todo lo vivido en un mes y medio es imposible. Han sido muchas risas, momentos, charlas con mamás, familias, jóvenes, inquietudes sobre su futuro, su realidad; una realidad que a veces es difícil de procesar pero en las que siempre esas familias sacan la fuerza para tirar hacia delante y es que no se puede decir de otra forma, son imagen de esfuerzo y constancia.

Llegar allí, es llegar a casa, porque siempre te reciben con una gran sonrisa y con ganas de que estemos más y más tiempo, pero a veces eso es lo que pasa, que no tenemos tiempo.

Mi experiencia personal ha sido un subidón de energía tan grande que a veces echo de menos esas mañanas de paseo y de encuentros fortuitos con las familias, esas comidas de charlas que solo el reloj es el que hace que eso pare y debamos irnos, talleres con niños y mamás… eso sí que son risas aseguradas. Después todo un día sin parar, llega la tranquilidad de la noche, que en ocasiones te sorprende con encuentros de familias que van a verte simplemente para charlar y pasar más tiempo, y todo eso es lo que hace la VIDA del campo.

Pero eso sí, por mucho que digan, oigas o leas hay que vivirlo para llenarte de esa vida y sobre todo de la fe de las familias y de los hermanos en Roboré, fe que ellos desprenden en cada paso que dan en su camino y en el camino de todos.

Es por eso que para acabar incluyo dos fotos muy importantes que refleja todo el amor que recibimos, tanto de las mamás como de los becados y niños.

Es una pequeña reflexión pero a veces cuesta plasmar en el papel todo lo que hemos aprendido, vivido y sentido en todo el mes y medio y que espero y esperamos vivir alguna vez.

 

María Rodríguez Pérez, voluntaria de SED en Bolivia

Grupo Ad Gentes

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Categorías

Entradas recientes

Entradas

Social