Juan Carlos Quino Quino es un muchacho de 19 años que estudia en el ITECK de Guatemala como interno. Vive en un cantón (aldeíta) de Xelatenango, a más de dos horas y media de distancia del centro educativo. Son siete hermanos de familia, cinco chicos y dos chicas. Todos están estudiando e incluso algunos ya se han graduado, pese a que su padre es jornalero y su madre se ocupa de las tareas de la numerosa familia.
Juan Carlos cursa el 5º grado de Electrónica y pese a su edad no ha perdido ningún curso. Es un buen estudiante y le encanta la computación y la electrónica, pero tuvo que dejar de estudiar durante dos años para ponerse a trabajar en un depósito de comida para animales. Allí cargaba sacos, y le pagaban 1000 quesales al mes (125€) por una jornada de cinco de la mañana a seis de la tarde, seis días a la semana. De esta forma, y con gran esfuerzo, la familia ha logrado que todos y todas las hijas e hijos tengan la posibilidad de estudiar y salir del hoyo de pobreza y marginación en el que se encuentran.
Por eso cuando es preguntado por lo qué ha significado y significa para él y su familia la ayuda de la beca de SED, asegura que es un orgullo que le motiva a poner más de su parte y a aprovechar la oportunidad para poder lograr un buen trabajo y poder continuar sus estudios en la universidad. También es consciente de que sin la beca, no sabe dónde estaría, y seguro que sus notas serían mucho peores. Por todo ello está muy agradecido a SED y a quienes financian su beca.
Antonio Tejedor | Voluntario de SED