Nuestro CTM Mozambique 2015 comenzó en la residencia de los Hermanos en Benfica (Lisboa). Los tres voluntarios –Rita, Ana Rita y el H. Jaime- nos reunimos para acabar de preparar nuestras maletas con todo lo que llevábamos a Bilene. Pero, sobre todo, cada uno de nosotros tenía una mochilita especial llena de entusiasmo, fuerza de voluntad, alegría y un poquito de nerviosismo por la novedad que nos esperaba.
Una comitiva de buenos amigos, familia y Hermanos nos acompañaron hasta el aeropuerto de Lisboa, donde la despedida, llena de emoción, fue regada con alguna lagrimilla. Había llegado la hora, estábamos de camino a Mozambique.
Aterrizamos de mañanita en Maputo, donde nos esperaba el H. Felizardo, que nos llevó a Manhiça. Allí los hermanos tienen dos comunidades, un colegio, una finca (que allá se llama “machamba”) ¡y hasta una gasolinera! Abastecidos con productos de la “machamba” de Manhiça -¡qué papayas tan ricas!, partimos hacia nuestro destino final: Bilene.
En la escuela de Bilene compartimos comunidad con los Hermanos Domingos y Batista, que nos acogieron como “hijos de la casa”. ¡Y manos a la obra! Del mismo modo que cada día lectivo comienza con el himno de Mozambique (“Moçambique nossa terra gloriosa; pedra a pedra construindo novo dia…”), así comenzó nuestra misión con el recibimiento del alumnado.
Al principio había un poco de distancia entre nosotros y los alumnos, pero poco a poco se fue rompiendo el hielo. Nuestra labor era sobre todo de presencia entre el alumnado, pero también dejamos alguna huella de nuestro paso: con los alumnos recuperamos la biblioteca de la escuela, hicimos un campo de fútbol 11 y otro de voleibol. Además, nos reunimos con los maestros y, con el apoyo de la diócesis, montamos dos ordenadores en la sala de profesores de la escuela.
Otra experiencia interesantísima fueron las dos salidas que hicimos con alumnos por la margen de la laguna de Bilene, atravesando varias dunas hasta llegar a las playas del Índico. ¡Qué maravilla de paisajes y de momentos disfrutados con el alumnado!
Resulta imposible narrar todo lo que hicimos y vivimos en esta crónica. Lo que podemos decir es que regresamos con un trocito de Mozambique y sus gentes en nuestro corazón. ¡Y queremos contar personalmente nuestra experiencia a todos los que queráis escucharla!
H. Jaime Barbosa