Contagiando solidaridad

Hoy he amanecido con una sonrisa.

Ser solidario es contagioso y, cuando cuentas lo que vives en primera persona como voluntario y logras traspasar los corazones de los que te escuchan, suceden cosas tan maravillosas como la que me ha ocurrido a mi.

Me paso el curso contando a mis alumnos la suerte que tienen por tener una familia que les cuida y protege frente a otros niños que viven entre tantas dificultades.

Mis alumnos escriben cartas a sus «amigos» de Guatemala y preguntan por ellos y sus vidas con mucha ternura e interés. De esta forma, toman conciencia de que hay niños con necesidades que ellos, gracias a Dios, tienen cubiertas. Se solidarizan aportando su granito de arena (y de sus padres) e intentando comprender la situación en la que viven «sus amigos».

Su mejor regalo de final de curso, una aportación para sus «amigos»

Hoy he recibido un bonito mensaje de un alumno, Ignacio.

Ha hecho su Primera Comunión a finales de julio y ha recaudado dinero entre sus invitados para que sus «amigos de Samac» puedan tener algunas de sus necesidades cubiertas.

Gracias Ignacio por tu generosidad. Espero que sigas alimentando tu corazón solidario y nunca te olvides de esta «profe» que te enseñó que no hay nada que te haga sentir mejor que compartir con aquellos que no tienen la suerte que tú.

GRACIAS DE TODO CORAZÓN DE PARTE DE TUS «AMIGOS» DE GUATEMALA

 

Silvia Fondón | Voluntaria de SED

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