
Muévete
Algo me decía en mi interior: ¡Muévete! Así que volví a llenar las maletas de ilusión, sabiendo que a la vuelta irían desbordadas de vida, ¡MUCHA VIDA! Los minutos pasan igual en Costa de Marfil, observas el reloj y el ritmo es el mismo, eso parece a simple vista… pero si te detienes tan solo un poco y sientes el ritmo marfileño, la intensidad en cada momento se eleva al máximo exponente. Ojos abiertos como platos para saborear cada instante y brazos bien estirados para abrazar a su gente… Esta vez era diferente, mi corazón ya sabía el destino que me recibía… Siii, ¡los tambores hablan!! Hablan sus calles, hablan sus risas, hablan sus miradas, hablan sus sonrisas y sus intensos abrazos… La vida allí te susurra al oído, que no hay que detenerse. ¡Que hay que moverse!