
Volviendo a cruzar puentes después de la COVID-19
Este año hemos venido de nuevo a Costa de Marfil. Llevamos ya 10 días de estancia tanto el hermano Pencho como una servidora (Dori). La idea de volver a relanzar los campos de trabajo de voluntariado, así como volver a tomar contacto con los hermanos y los socios locales del lugar, nos animó a decidirnos por hacer este viaje, en el que además estamos revisando los proyectos que tiene SED en el país. Estos 10 días que llevamos residiendo en la comunidad de los hermanos Maristas de Bouake nos están abriendo el corazón a muchas realidades que hasta ahora eran desconocidas para nosotros. En nuestras visitas para conocer los diferentes proyectos, siempre acompañados por el frére Pokou, delegado de SED en la Côte d´Ivoire, hemos conocido las obras de nuestros socios locales. Realidades durísimas como las casas de acogida de la Asociación St. Camile para enfermos mentales, hombres y mujeres, donde acogen a las personas con problemas graves de salud mental que se encuentran en la calle, sin familia… personas que no quieren en los hospitales. En su mayoría se encuentran en condiciones bastante extremas, comparables con las que encontrábamos hace 100 años en nuestro país. Hacinados en construcciones precarias, con falta de higiene, durmiendo en el suelo encima de una estera o paño de tela y con suerte algunos tienen un colchón malo donde poder acostarse. Las personas que los ayudan y asisten tienen dificultades para poder darles de comer y para conseguir el tratamiento farmacológico que necesitan. Cuentan