Amanece en Bouaké. Todo comienza de nuevo: las calles con su bullicio, los niños, la locura de coches y motos que se cruzan entre sí… Y en medio de todo esto, llegamos a la parroquia bien temprano para comenzar el día con la misa.
Hoy, el ambiente festivo, la música, las miradas y las sonrisas hacia nosotros nos sumergen poco a poco entre las costumbres de aquellos que nos acogen con brazos extendidos.
En el colegio Champagnat, la colonia urbana ha dado comienzo. La escuela marista comienza a llenarse con los niños llegan, incluso de muy lejos, contentos para iniciar una nueva jornada. Los monitores ya están dispuestos a darlo todo y los ánimos se mantienen altos. Conocerles y conectar con ellos ha resultado muy fácil, pues todos estamos por la labor y, aunque el impedimento del idioma nos suponga para algunos una pequeña barrera, nos entendemos perfectamente, pues impera el lenguaje del cariño, los abrazos y las ganas de trabajar en equipo. Todo ello, además, hace que no se sienta el peso del calor y la dureza del clima.
Mención especial merece la comunidad de hermanos de Bouaké, pues nos hemos integrado con ellos a la perfección, y nos hacen sentir como en casa. Hay momentos de risa, de oración y de conversaciones profundas sobre muchos temas. Esta vida en comunidad nos está acercando enormemente a Dios.
Además de con el proyecto de la colonia urbana del Colegio Champagnat de Bouaké, el grupo de voluntarios estamos visitando el centro de acogida de enfermos mentales Saint Camille de Lellis. Esta es una realidad muy distinta a la que vivimos en la colonia. El primer día que llegamos, el hecho de ver las condiciones en las que viven nos resultó desgarrador. Sin embargo, la entrega de los voluntarios ha supuesto un grano de esperanza para todos nosotros. Junto con los monitores nativos de la colonia, hemos realizado talleres sanitarios y labores de limpieza.
Los voluntarios de Costa de Marfil nos encontramos a pleno rendimiento y, con la alegría de saber la gran labor que junto con los monitores de Bouaké estamos haciendo, damos comienzo a la segunda semana de la Colonia Champagnat. Y, en el horizonte, se atisba el verdor de la selva, donde nos esperan Sakassou y los poblados de la presq’ille.
Grupo voluntarios/as Costa de Marfil