Desde que que llegamos a Giasnogor, estábamos impacientes por visitar las plantaciones de té y su fábrica para conocer el lugar de dónde los HH. Maristas que aquí construyeron la escuela y así poder conocer de primera mano la realidad del alumnado que estudia en la escuela.
Ha sido duro verlo con nuestros propios ojos, pero a la vez necesario para poder situarnos en su realidad, hacerla más nuestra y poder conocer en primera persona cómo y dónde viven estos/as niños/as a los/as que los HH. Maristas intentan dar un poco de esa dignidad que toda persona necesita para poder vivir.
Los padres del alumnado que estudia en la escuela son personas que viven en las plantaciones de té y cuyas mujeres dedican un mínimo de 8 h. a recolectar las hojas e té, pero no de cualquier manera: siempre cogen dos hojas y un brote, de otra manera no se lo dan como válido; y así hasta 23 kilos a diario para recibir un sueldo que a nosotros nos parecería irrisorio en nuestra sociedad, pero que aquí es la paga a su duro trabajo.
También hemos podido ver las «casas» en las que viven, toda una cura de humildad para nosotros. Eso sí, te reciben con mucho cariño y te acogen en su casa como al mejor de los invitados, qué agradecidos nos sentimos por ello.
Del mismo modo, hemos tenido la suerte de poder entrar en una escuela de Educación Primaria donde los/as niños/as se hacinan en bancos y pupitres en condiciones ambientales, espaciales e higiénicas lamentables.
Aquí van unas fotos de la fábrica de té, de las gentes que viven en sus alrededores y de la escuela que hay cerca de ella, que no es la que los HH. Maristas regentan, sino la que está dentro de las plantaciones de té.
Voluntari@s (Alberto, Esti, Javier y Sandra) CTM ONGD SED en Bangladesh