Derechos de la Infancia en Ciudad del Cabo

¡2 semanas y media ya! Parece que fue ayer cuando aterrizamos en el aeropuerto de Ciudad del Cabo y vimos por una cristalera a María Bobillo esperándonos junto con otros dos miembros de la Comunidad Lavalla200, Diogo y Juliana. Ahí tomamos conciencia de que nuestro voluntariado empezaba ya.

De camino en el coche hacia las casas de las familias que nos acogerán durante estos 37 días podemos ver el contraste de la ciudad y las poblaciones cercanas (viviendas, recursos, etc). También María nos cuenta un poco cómo son las cosas aquí, las familias con las que vamos a vivir, lo que nos propone para colaborar, nos habla de la comunidad y muchas cosas más. Un trayecto que nos sitúa.

La bienvenida de nuestras familias en Atlantis empieza con una taza de roiboos o café para entrar en calor y notar también la alegría y cariño con la que nos reciben. Una experiencia totalmente nueva para nosotros.

Durante la primera semana nos unimos a los miembros de la comunidad colaborando en el “holiday program» organizado para los jóvenes de Atlantis durante las vacaciones. Jugamos con ellos a baloncesto, pimpón, bádminton; realizamos manualidades, intentamos aprender nuestras primeras palabras en afrikaans y ayudamos a Leslie (el encargado del hall) en lo que necesite. Sobre todo disfrutamos de que los chicos y chicas de Atlantis puedan tener esta alternativa de ocio activo. ¡A veces un espacio puede tener mucha vida si se quiere!

Durante la segunda semana podemos conocer y empezar a echar una mano en el «creché» (jardín de infancia) llamado «John Strebel Educare» donde Carol (la mamá sudafricana de Silvia) ocupa el cargo de directora o lo que haga falta jejeje. Llegamos todos los días sobre las 9.30 cuando los niños/as han acabado su almuerzo. Las profesoras Melanie y Elisabeth nos enseñan las actividades que preparan, las canciones con coreografías que los niños intentan enseñarnos a nosotros :), manualidades o los cuentos que «casi» todos los alumnos escuchan con atención.

Es un lujo que ellos nos reciban con un abrazo cada día o guiños, nos enseñen orgullosos como acaban su plato de comida o que compartan sus juegos con nosotros. Por nuestra parte hemos intentado enseñarles el «Toma, tomate», aunque hay que seguir perfeccionándolo. Cuando ellos empiezan a dormir la siesta aprovechamos para comer nuestro «sándwich with a roiboos tea» y charlar con Carol sobre su país, las comidas, la educación, etc.

Sobre las 13:30 esperamos a que llegue algún miembro de la comunidad en coche (por seguridad es el transporte que tenemos que utilizar en Atlantis) para recogernos y poder ir juntos hasta el Reygersdal Primary School. Allí ofrecen al alumnado un “after school program” con actividades para que ellos se anoten en la que más le gusta y poder pasar un tiempo libre en el colegio alejados de otros peligros. Los miembros de la comunidad ayudan o dirigen algunos de los talleres como los de yoga, ajedrez, fútbol, manualidades o atletismo.

Nosotros colaboramos con ellos y aprovechamos algún momento para proponerles nuevas ideas, como para el taller de «arts & crafts», o conocer otros como el de baile (intentando dar lo mejor de nosotros mismos, aunque nos quedamos bastante alejados del ritmo innato que tienen la mayoría de ellos) o rugby que es el deporte favorito por muchos de los chicos. El tiempo pasa muy rápido cuando estás disfrutando.

Dankie Atlantis!! – Gracias Atlantis

Rubén Galego y Silvia Martínez.

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