LOS CAMINOS DE COBÁN

Hay lugares a los que debes ir de nuevo y uno de esos lugares es la escuela de Futuro Vivo de Samac, Cobán.

Una tierra en la que sus caminos te llevan a dar con increíbles paisajes, escarpadas montañas, extensas plantaciones de plataneros, cardamomo, maizales y cafetales, también caminos que te llevan a gente humilde y amable, a una riqueza lingüística y bonitas tradiciones, pero también algunas duras costumbres.

Son muchos los caminos de Cobán.

Existen caminos difíciles al principio que se vuelven intransitables después e inexistentes al final, desapareciendo entre los maizales y cafetales. Estos caminos nacen dirección a las comunidades, pero muchas veces mueren antes de llegar a las casas, pareciera que ellos, por el hecho de ser indígenas en este país, no fuesen merecedores si quiera de estar comunicados.

Caminos que mujeres deben recorrer a diario para moler el maíz, vender sus productos o ir a comprar. Caminos acostumbrados a encontrarse con mujeres descalzas, mujeres vendiendo en los márgenes mientras los niños juegan al lado. Caminos que los hombres hacen cargados de madera, troncos enteros también, para leña o construcción. Estos son los caminos que en este territorio de Alta Verapaz muchas personas luchan por mejorar.

Encontramos otros caminos que se desvían para acabar en lugares donde el tiempo se ha detenido. Tradición y costumbres se ven en el final de estas pistas, familias reunidas alrededor de un fuego, ofrendas a dioses deseando una buena cosecha y oraciones en q´eqchi´, uno de los idiomas de la zona.

Los caminos más difíciles de transitar son los que se dirigen a las casas de los niños de Futuro Vivo, apartados y de difícil acceso. Este año, la escuela dispone de un pequeño autobús que va a recogerles a las diferentes comunidades, pero el estado de la pista estropea rápidamente las ruedas y dificulta ir a buscarles.

De este cruce de caminos, uno muy importante es el que lleva a la escuela. Un camino que a tramos está asfaltado, pero en otros tramos más largos, en muy malas condiciones. Se hace imposible esquivar los agujeros, baches, barro y grietas que abre el agua al pasar.

Este camino a la escuela desde Cóban, es mejor que el de las comunidades, y al menos, tiene un hermoso premio: un lugar dónde poder ser niño. Aquí, todas las mañanas se les permite disfrutar de su infancia. Saben que al final de este camino pueden aprender, gritar, bailar, jugar… algo fácil de decir, pero muy difícil de conseguir en este lugar. En esta escuela, los niños llegan con una sonrisa, se lanzan a dar un abrazo, contentos de ver a los profesores, sabiendo que va a ser un momento bonito del día.

Estos niños están en una continua y silenciosa lucha contra algunas de sus tradiciones y costumbres que, en ocasiones, son las que les ponen piedras en ese mismo camino que ellos se intentan abrir. A través de la educación y teniendo que convencer incluso a sus padres de que quieren seguir en la escuela, luchan por tener un futuro y no se resignan a tener una vida que sus familias planifican.

Lo mejor y más seguro para llegar a la escuela es tener un buen transporte, para ello, los niños disponen de un autobús que ha sido donado. Mejores pistas para llegar a las comunidades, formación de mujeres y educación de los niños son algunos de los objetivos de este proyecto, y para luchar por todos estos derechos están las Hermanas Carmelitas, ellas son la maquinaria necesaria para arreglar camino de estos niños y niñas a la escuela, el camino a la educación.

Las Hermanas Uti, Caty, Sabina y Altagracia, trabajan duro para que el viaje hacia una formación integral de estos niños sea lo más feliz posible. Junto a ellas, un equipo de profesores y trabajadores de la escuela de Futuro Vivo que luchan día a día por reducir o hacer desaparecer todos los obstáculos que los niños y niñas del cole se encuentran en este camino.

El cariño y el amor que pone todo el equipo en el proyecto, hace posible que se les abra un futuro, VIVO, en el que ellos puedan ser los verdaderos protagonistas de sus vidas y que ese sueño no se vea truncado por el barro, piedras y baches que otros, por indiferencia o intereses privados les ponen en “Los Caminos de Cobán”.

 

Ibon de Lucas Bermejo

Voluntario CTM Cobán, Guatemala

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