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Orore, primeras sensaciones
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Wasechopo kae: Hasta aquí hemos llegado
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Waduogo kendo: “Estamos de vuelta”

Orore, primeras sensaciones

Primer año de voluntariado para algunos, otros que repiten, pero la misma experiencia para todos. Algo increíble.

 

Al llegar nos recogió Evans, nuestro guía y acompañante aquí, en la aventura por Kenia. Una persona que nos ha ayudado desde el primer momento a sentirnos cómodos, a instalarnos y a conocer a la gente con la que estaremos en contacto durante esta experiencia.

 

Kenia es un país precioso, con una cultura espectacular, y cuanto más hablamos con la gente del pueblo en el que estamos (Orore) más nos apasiona.

Al participar en un proyecto tan grande como este, tenemos la suerte de poder hacer infinidad de cosas por lo que cada día es diferente. A lo largo de esta semana, hemos tenido la oportunidad de hacer varios talleres:

  • Visitas a distintos colegios, en los que hemos hecho distintos talleres, manualidades y juegos.
  • Talleres digitales entre los jóvenes y adultos de Orore.
  • Un taller con padres y madres para identificar los obstáculos que impiden el desarrollo de los niños y jóvenes de Kenia

Además de esos talleres, también hemos tenido la oportunidad de crear algunas actividades de ocio y tiempo libre para los jóvenes: Una competición de fútbol, voleibol y netball entre diferentes colegios de la zona y una sesión de cine para los más pequeños.

 

Todos los días son muy intensos, pero gratificantes. Y tenemos la suerte de tener las mejores vistas frente al lago Victoria, por lo que gozamos de unos atardeceres únicos.

Rut, Garazi, Edu | Voluntarios/as Kenia

Wasechopo kae: Hasta aquí hemos llegado

Nos disponemos a escribir estas líneas con el triste convencimiento de que en unas pocas horas abandonaremos Orore.

Estos últimos días han servido para seguir ofreciendo los talleres digitales a niños y jóvenes lugareños, así como mesas redondas donde hemos dirigido charlas inspiradoras y motivacionales sobre distintos temas interesantes: vocaciones, emprendimiento, roles familiares, estereotipos, etc.

El centro de recursos ha sido testigo del trabajo hecho durante estas semanas, ojalá su actividad no se detenga y siga ampliando los medios técnicos y recursos que ofrece.

Simultáneamente, también tuvimos la oportunidad de visitar la Universidad de Rongo, en la que el director y otros cargos se reunieron con nosotros con afán de establecer alguna futura colaboración. Además, nos mostraron las distintas instalaciones, departamentos y laboratorios del complejo universitario. Sin duda, una gran oportunidad para establecer posibles vínculos.

Esta semana, además, han tenido lugar las elecciones generales en Kenia. Evans nos llevó al colegio electoral donde votaba y pudimos comprobar in situ el fervor y la ilusión con la que viven estos comicios que marcarán el futuro del país.

Por último y tras las últimas sesiones en el centro de recursos, dedicamos un tiempo para decir adiós a los que han sido nuestros anfitriones, compañeros y amigos ya durante tres veranos. Comimos, bebimos, reímos y sobre todo disfrutamos de los últimos momentos junto al lago. Esta noche cuando el sol se ponga, nos iremos a dormir con los nervios del viajero principiante, que desconoce, cegado por la ilusión, las sorpresas que el inminente trayecto seguro le guarda.

 

José Ángel Alba, Iratxe Lejarreta, Rut Gómez y Alberto Corbí | Voluntarios/as de SED en Kenia

Waduogo kendo: “Estamos de vuelta”

09.00AM. Miramos con ilusión la pantalla de los próximos vuelos que saldrán desde la terminal de vuelos nacionales en Nairobi. “Kisumu”, Kenyan Airlines, ese es nuestro próximo destino y el vuelo que nos llevará al reencuentro con Evans, el representante de nuestra contraparte local de la zona de Orore, lugar donde ya hemos echado raíces y llevamos a cabo nuestro campo de trabajo.

Largas han sido las horas de viaje desde que abandonamos nuestros hogares, pero todas ellas merecedoras de nuestra espera para poder llevar a cabo la labor que desempeñamos en un entorno natural de ensueño junto al lago Victoria.

El primer día de trabajo lo dedicamos a poner en marcha el nuevo y flamante “Centro de recursos”: instalación de ordenadores, actualizaciones de software, conexiones a internet, provisión del suministro eléctrico mediante placas solares y generador, y otros contratiempos de diversa índole.

En el momento de escribir estas líneas, llevamos ya varios días inmersos en los talleres digitales que estamos ofreciendo a alumnos del colegio de Ogaka, así como a otros jóvenes y adultos de la zona. Los talleres son flexibles y personalizados teniendo en cuenta que el nivel de los asistentes es muy desigual, y la brecha digital patente y latente.

La verdad es que es una gozada y una suerte, tras la pandemia, poder volver a compartir sensaciones y experiencias en el campo de trabajo, y sobre todo recuperar el trato con la población local de Orore, que nunca deja sorprendernos y de enseñarnos cosas nuevas. Seguiremos informando a orillas del lago.

 

Iratxe Lejarreta | Voluntaria de SED

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