¿Qué significa ser voluntario/a?

Mi nombre es Alicia y soy madre de dos enanos de 5 años que destilan energía a raudales por sus cuatro costados. Además de eso tuve la osadía hace ya más de 15 años de dedicarme a una de las profesiones más bonitas del mundo, la abogacía, y montar mi pequeño despacho. Eso implicó quitarme horas de sueño y vivir como la mayoría de las madres de hoy en día, a la carrera. Todo ello con plazos y juzgados.  Con esto solo quiero decir que la vida moderna se complica y cada minuto que pasa es oro. A veces al día le faltan horas para todo lo que nos gustaría hacer.

Desde niña he tenido siempre un sentimiento de pertenencia y entrega, quizá fruto de mis años vinculada al entorno marista y de mis convicciones cristianas…Quizá porque Dios me hizo así y me cuesta mirar para el otro lado cuando escucho hablar de pobreza en el mundo, de injusticias sociales o falta de oportunidades para mujeres y niñas que veo tan iguales a mi…

Nunca entendí por qué el hecho de nacer en un lugar u otro podría definir personas de “primera” o “segunda”, ciudadanos con menos derechos…en definitiva gente con menos oportunidades que yo, que mis hermanos o que mis hijos. La solidaridad nace, desde mi punto de vista, en el momento en que entiendes que el dolor del otro o la necesidad del otro no puede resultarte ajena ni puede volverte indiferente.

Desde la más profunda humildad trato que esa indiferencia no cale en mi… y por ende tampoco en las personas de mi alrededor. Colaboro de forma activa con SED desde hace años, aportando mi granito de arena, acompañando en proyectos y dedicando parte de mi tiempo, mis conocimientos y mis ilusiones en lo que la organización necesita.

La ONGD SED se encuentra inmersa en múltiples proyectos de cooperación al desarrollo, de protección al medio ambiente y educación tanto en España como fuera. Hacen a mi entender una labor maravillosa, ofreciendo oportunidades y herramientas a numerosos colectivos que necesitan apoyo para seguir creciendo y encontrar el estado de bienestar tan justo y digno del que todos los seres humanos deberíamos ser hacedores.

Como decimos todos los voluntarios y voluntarias, “al final es más lo que me llevo que lo que aporto”. Siempre es una alegría para el alma poder compartir y vivir con los demás el camino de la vida. Ojalá mis enanos lo vivan así de mayores, y entiendan que pueda dejarles 15 o 20 días al año para cruzar el charco y compartir mi tiempo y mis energías con los demás.

 

Alicia Tejedor | Voluntaria de SED

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