The tea gardens in Bangladesh

Nos parecía imprescindible realizar una entrada sobre los Tea Gardens ya que la escuela en la que desarrollamos nuestra labor, Saint Marcellin School, se encuentra situada en una zona donde abundan y el alumnado que recibe procede de las familias que trabajan en los mismos.

Las condiciones de vida y de trabajo en los Tea Gardens son muy duras. En ellas se hace trabajar duramente a los trabajadores, a los padres de muchos de los alumnos de nuestro colegio marista.

Las familias que los habitan, viven en condiciones muy precarias: casas muy humildes, pequeñas chozas construidas con adobe, el más afortunado las realiza con ladrillo… la mayoría sin luz, poco mobiliario en su interior…

El sueldo, tras una larga jornada de trabajo, es de 90 Takas (0,90 euros) al día, siempre que se recojan 23 kilos de té. Las mujeres son las encargadas de este delicado trabajo en el que en cada cogida, deben arrancar una ramita con dos hojas y un brote. De no llegar a la cantidad de kilos indicada, no se cobra la jornada. Los hombres, secan el té, lo muelen, fumigan o bien se dedican al cuidado de las fincas.

Sus hijos, con pocos recursos y oportunidades de futuro, son la razón de haber elegido esta zona para instalar la primera comunidad marista en Bangladesh. Ellos tenían unas consignas claras: trabajar con gente muy pobre, con marginados, con población bengalí, especialmente con tribus… donde nadie hubiera llegado, o nadie hubiera querido ir… Y este lugar cumplió todas sus expectativas.

En las plantaciones de Té cuentan con colegios de Primaria. El Owner está obligado a pagar esa educación. Esas escuelas son pequeñas chozas, con poco profesorado, maltrechos pupitres y nulos medios. El objetivo: desmotivar a los niños, que no lleguen a Secundaria y de este modo, no adquieran un pensamiento crítico que en un futuro les haga denunciar, luchar contra su situación… Todo está cuidadosamente controlado.

Los alumnos que terminan Primaria comienzan Secundaria, donde el índice de abandono escolar es del 70%. En Giasnogor, aquellos que han podido acabar la escuela Primaria deben elegir entre la escuela de Secundaria de la parroquia y nuestro colegio marista. Los alumnos de la zona los reparte el obispo junto a los hermanos y al párroco, el Padre Joseph. No hay problemas a la hora del reparto: los hermanos maristas eligen primero los que peores notas tienen y de entre ellos, los más pobres, los que menos oportunidades de futuro tienen.  Así se aseguran llegar a los descartados, como dice el papa Francisco, a los Montagne de hoy.

El buen trabajo que se realiza con los niños en la escuela Saint Marcelin de Giasnogor, la calidad de sus instalaciones y el buen trato que se da a los niños siguiendo la pedagogía marista, ha provocado que en este primer año de vida, solamente tres niños, y por diferentes causas, hayan abandonado la escuela.

En las fotografías que adjuntamos, podéis haceros una ligera idea de los Tea Gardens.

Voluntari@s (Alberto, Esti, Javier y Sandra) CTM Bangladesh ONGD SED Ibérica

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